El lujoso enclave de La Moraleja, en el municipio de Alcobendas, se ha convertido en una trampa de tráfico que amenaza con colapsar la vida diaria de sus residentes y del contiguo Parque Empresarial. Lejos de la imagen idílica de sus urbanizaciones, la zona padece una congestión crónica en horas punta, una infraestructura de accesos deficiente y una saturación insostenible provocada por la concentración de centros educativos y empresas. La problemática es tan grave que el Ayuntamiento de Alcobendas y las entidades vecinales han elevado una queja formal al Ministerio de Transportes, exigiendo soluciones urgentes.
HORA PUNTA Y TRÁFICO DE ATAJO
El principal foco de conflicto se localiza en la congestión matinal (7:30-9:30) y vespertina, cuando miles de vehículos convergen para entrar o salir del distrito. Pero la problemática va más allá del flujo residencial y laboral: La Moraleja ha sido históricamente utilizada como una «ruta de evasión» por conductores no residentes que buscan esquivar los atascos de las autovías principales, como la A-1 y la M-12.
Aunque el Ayuntamiento ha implementado medidas restrictivas y multas para frenar este «tráfico de atajo», la realidad es que la presión vehicular sigue siendo intensa, convirtiendo las rotondas y puntos de conexión con las grandes vías en auténticos cuellos de botella que paralizan la circulación.
EL PEAJE DE LA R-2 EN EL PUNTO DE MIRA
La gran demanda que une a vecinos y al consistorio de Alcobendas es la deficiente conexión vial con las principales arterias de la Comunidad de Madrid. En el centro de la polémica se encuentra la falta de un acceso directo a la R-2 (Autopista Radial 2) desde el Distrito Urbanizaciones, que incluye a La Moraleja y El Encinar.

Esta carencia obliga a los conductores a utilizar rutas internas ya saturadas o a buscar trayectos más largos, sumando más coches a las vías secundarias. Ante esta situación, la petición al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible es clara: ejecutar una nueva conexión directa y, lo más importante, liberar el peaje de la R-2 en el tramo de influencia con Alcobendas y Madrid capital para ofrecer una alternativa viable de circulación.
Además, también se critica la insuficiente dotación de salidas directas de la M-12 (Eje Aeropuerto), lo que complica aún más los trayectos de entrada y salida, especialmente para aquellos que se dirigen o provienen del aeropuerto.
COLAPSO ESCOLAR Y EMPRESARIAL
Un factor agravante, casi endémico, es la alta densidad de colegios privados de prestigio y la presencia de un importante Parque Empresarial en la zona. Esta concentración genera un doble pico de tráfico diario muy localizado.

- El Caos de los Colegios: Calles como Salvia, Camino Ancho y Paseo de Alcobendas son el epicentro del tráfico escolar, que colapsa la zona puntualmente en los horarios de entrada y salida de alumnos. La confluencia de vehículos particulares, autobuses y el inevitable estacionamiento en doble fila provoca colapsos que pueden extender los tiempos de salida del barrio hasta la media hora, a pesar de los esfuerzos policiales y los aparcamientos disponibles.
- Flujo Laboral: El ingente tráfico generado por el área de oficinas y empresas se superpone a las rutas residenciales y escolares, lo que lleva la saturación a cotas máximas en el distrito.
Finalmente, la amenaza de nuevos desarrollos urbanísticos como La Carrascosa y la inminente Solana de Valdebebas planea sobre la movilidad. Estos proyectos prometen añadir miles de nuevas familias y vehículos, lo que inevitablemente agravará la problemática si no se acometen de forma paralela las nuevas infraestructuras viales reclamadas. La Moraleja se enfrenta a una encrucijada donde la falta de inversión y previsión vial amenaza con estrangular la calidad de vida de una de las zonas residenciales más exclusivas de Madrid.
?No tendrían que haber analizado los promotores de todas estas instalaciones el estado presente y futuro de las comunicaciones?. Porqué todos los españoles tenemos que pagar unas infraestructuras para una clientela de alto estanding?