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Vox muestra su preocupación por la tasa de criminalidad de Alcobendas y pide soluciones

La subida es alarmante, un 4.02% en el segundo trimestre de 2025 en comparación con el primero. Pero detrás de este frío porcentaje se esconde un panorama aún más desolador. Los crímenes más violentos, los que más terror infunden en la ciudadanía, son los que más han crecido.

La delincuencia se dispara en Alcobendas por tercer trimestre consecutivo. El Ministerio del Interior ha publicado informe trimestral en el que se conoce la tasa de criminalidad de España y sus municipios. En ese mismo informe se muestra un aumento alarmante en el número de delitos en la localidad de Alcobendas. El municipio madrileño, antes conocido por su tranquilidad, se enfrenta ahora a una creciente ola de inseguridad. Durante el segundo trimestre de 2025, el número de crímenes subió un 4.02%, un dato que contrasta con la media de la Comunidad de Madrid. La falta de inversión en seguridad y un déficit de 62 policías en la plantilla municipal han convertido a la ciudad en un caldo de cultivo para la delincuencia, según indica Fernando Montenegro, portavoz del Grupo Municipal de Vox.

El silencio de las cifras es más atronador que cualquier alarma. El último informe de criminalidad del Ministerio del Interior ha sacudido a Alcobendas, revelando una cruda realidad que los vecinos ya sentían en sus propias carnes: la delincuencia se ha disparado. Por tercer trimestre consecutivo, los datos muestran un ascenso imparable en el número de delitos, un fenómeno que contrasta drásticamente con la disminución de la criminalidad a nivel regional. Mientras la Comunidad de Madrid respira aliviada, Alcobendas se ahoga.

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La subida es alarmante, un 4.02% en el segundo trimestre de 2025 en comparación con el primero. Pero detrás de este frío porcentaje se esconde un panorama aún más desolador. Los crímenes más violentos, los que más terror infunden en la ciudadanía, son los que más han crecido. Las lesiones y riñas tumultuarias han experimentado un incremento del 150%, una cifra que habla de un deterioro en la convivencia y un aumento de la violencia callejera. A esto se suma el preocupante ascenso del tráfico de drogas, que ha subido un 30.77%, y los robos con violencia e intimidación, con un incremento del 5.88%.

Sin embargo, el dato más escalofriante, el que congela la sangre, es el de los delitos contra la libertad sexual. Estos crímenes han aumentado un 50% y, en un hecho sin precedentes en la ciudad durante el año, se han registrado ocho agresiones sexuales con penetración en el segundo trimestre, mientras que en el primero no hubo ninguna. Este número, más allá de la estadística, representa una herida abierta en el corazón de Alcobendas, una ciudad que sus ciudadanos recuerdan como un remanso de paz y que ahora se ha convertido en un lugar donde la inseguridad acecha. Este alarmante incremento ha encendido las luces de alerta y ha generado un sentimiento de miedo palpable entre las familias, que temen por la seguridad de sus hijas y mujeres.

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Un error obliga al Ayuntamiento de Alcobendas a realizar cambios en un contrato de seguridad
Fuente: Ayuntamiento Alcobendas

FALTA DE INVERSIÓN

Ante este dramático panorama, la pregunta es inevitable: La respuesta, según se desprende de la situación actual, no es un misterio insondable, sino una negligencia que lleva tiempo gestándose. La falta de inversión en seguridad es la causa principal de la escalada de violencia en la ciudad. A pesar de los pomposos anuncios del Partido Popular, que afirma haber invertido millones en seguridad, la realidad es tozuda y las cifras no mienten: la plantilla de la policía municipal está en mínimos históricos, según remarcan desde Vox.

Alcobendas cuenta con tan solo 181 agentes, a pesar de que la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), el documento que el propio Gobierno considera necesario para garantizar la seguridad, establece una plantilla de 243 policías. El déficit es de 62 agentes, una carencia que se traduce directamente en menos patrullaje, menos prevención y, en última instancia, en más delitos. Los vecinos claman por una mayor presencia policial en las calles, un elemento disuasorio que ha demostrado ser la estrategia más eficaz contra el crimen.

La oposición lleva meses denunciando esta situación, presentando mociones y propuestas para incrementar la plantilla de la policía. Sin embargo, el Gobierno local ha hecho oídos sordos hasta hace poco, prefiriendo, según las críticas, destinar el dinero público a otros fines menos urgentes, como aumentar el gasto político, contratar directores generales del partido o financiar la Fundación Ciudad de Alcobendas, en la que 300,000 euros de los 400,000 de presupuesto público se destinan a sueldos de personas vinculadas al Partido Popular.

Un policía municipal coloca una valla de restricción de movilidad en el municipio de Alcobendas (Fuente: agencias)
Un policía municipal coloca una valla de restricción de movilidad en el municipio de Alcobendas (Fuente: agencias)

PLAN DE CHOQUE PARA RECUPERAR LA TRANQUILIDAD

La situación es crítica, pero no irreversible. La oposición exige un plan de choque claro y contundente para revertir la tendencia y devolver la tranquilidad a Alcobendas. Las medidas deben ser inmediatas y efectivas, y no se limitan a un simple aumento de plantilla. Es evidente que, dada la lentitud del proceso de formación de nuevos agentes, que tardan en ser plenamente operativos, se necesita una solución a corto plazo.

La propuesta incluye dos pilares fundamentales. En primer lugar, la incorporación urgente de nuevos policías a través de una oferta pública de empleo ambiciosa y rápida. En segundo lugar, y de forma inmediata, optimizar los recursos humanos existentes. Esto se traduciría en un aumento de las horas extras para intensificar el patrullaje, tanto a pie como en vehículo, especialmente en las zonas más vulnerables y las urbanizaciones.

La policía de Alcobendas es, según la propia oposición, un cuerpo profesional y dedicado, dispuesto a sacrificarse por sus vecinos. Lo que falta es la voluntad política de invertir en ellos y en la seguridad de la ciudad. Mientras otros municipios de la región, como Móstoles o Colmenar Viejo, han logrado reducir la criminalidad de forma significativa, Alcobendas sigue anclado en un preocupante ascenso. El contraste es evidente: mientras que en estas localidades la delincuencia ha caído en dos dígitos, en Alcobendas no para de crecer.

La seguridad, la limpieza y el buen estado de las calles son las prioridades de cualquier vecino. Es hora de que el dinero público se destine a lo que realmente importa, a construir una ciudad más segura y próspera. Los vecinos de Alcorcón merecen volver a sentirse tranquilos en sus calles, y para eso, se necesita que el Gobierno tome cartas en el asunto, dejando de lado los intereses partidistas y centrándose en el bienestar de su ciudadanía.

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