Fernando Montenegro, portavoz de Vox en Alcobendas, repasa para LaMoraleja.com los principales problemas del municipio, desde la falta de inversión y el deterioro de los servicios públicos hasta el abandono de algunos aspectos de La Moraleja. El concejal critica la gestión del Partido Popular, exige más seguridad, y aborda la polémica visión que su partido tiene sobre la inmigración.
(P) ¿Cuáles son, según Vox, los principales problemas que enfrenta Alcobendas en el día de hoy?
(R) Desde Vox detectamos problemas fundamentales: una preocupante falta de inversiones y una dejadez en los servicios públicos. El vecino quiere calles limpias, seguras y asfaltadas, y la realidad es muy distinta, sobre todo en el centro. La limpieza deja mucho que desear. En seguridad, por ejemplo, faltan 50 agentes respecto al mínimo óptimo, que es de 243 policías locales. Porque actualmente solo hay 193. La situación no se soluciona porque no hay ofertas de empleo público atractivas, y muchos agentes no quieren quedarse en Alcobendas.
En cuanto al asfaltado, el anterior equipo del PP anunció un plan de 3 millones para 4 años. Han pasado 2 años (de junio 2023 a mayo 2025) y no se ha ejecutado nada. Se presupuestó como asunto de máxima prioridad, pero lo cierto es que no se ha hecho absolutamente nada.
En servicios públicos se prometieron inversiones por valor de 62 millones en 2024 y solo se ha ejecutado el 17,8%. Creo que se lanzan campañas y anuncios de «alto vuelo», pero no se concreta nada. Además, hay un incremento del gasto político: ocho nuevos directores generales, una fundación con gastos anuales de 400.000 euros… Esto solo sirve a los partidos políticos.
Respecto a la presión fiscal, se ha subido de forma desmesurada. El PP se presenta como liberal, pero han traído la tasa de basuras, que supone 9 millones de euros adicionales. Dijimos que podía retrasarse hasta 2026, y aun así la han impuesto. Han bajado mínimamente la plusvalía o hecho descuentos a familias numerosas, pero eso no compensa. La recaudación del Estado ha subido un 18% y, por tanto, pedimos que bajen los impuestos municipales: IAE, plusvalía, etc. Estamos por encima de la media de presión fiscal en la Comunidad de Madrid.
En el PP hacen presupuestos el 1 de enero para la foto, y en junio ya han incrementado en 6,5 millones los gastos. ¿Son sobrevenidos? No. Son gastos de luz, gas, edificios municipales y colegios públicos que no han incluido. Es mala gestión: quieren maquillar los presupuestos, pero al final lo paga el ciudadano.
(P) ¿Y en La Moraleja? ¿Qué cuestiones específicas preocupan a los vecinos?
(R) Una de las prorioridades es el asfaltado. La urbanización en general, y La Moraleja en particular, están en una situación terrible. Hay baches y ausencia total de mantenimiento. Un vecino, hace poco, nos mandó una foto de la calle Antonio García, que conecta La Moraleja con la A-1: los pinos han levantado el asfalto y hay miedo real al pasar con motos o coches. Es un caso que se repite en muchas otras calles.

También preocupa el tráfico. Se anuncian promociones urbanísticas sin hacer las infraestructuras necesarias. En la zona de Carrascosa, por ejemplo, se pretendía extender la salida hacia la Solana de Valdebebas (Madrid), pero eso no se ha hecho. No se puede pretender que todo el tráfico salga por allí.
Sobre la última parcela pública en La Moraleja, se planteó una residencia de mayores en una zona de chalets. Eso iba a aumentar el tráfico y rebajar el valor de las viviendas. Los vecinos se opusieron. El proyecto quedó desierto, pero ahora insisten en licitarlo a toda velocidad. ¿Qué intereses hay detrás? ¿Por qué tienen tanta prisa?
(P) ¿Cómo valora la movilidad en La Moraleja?
(R) Hemos propuesto habilitar una salida por Camino Ancho, donde está el Colegio Base. El camino es de tierra y el terreno es privado, pero se podría hacer un convenio con el propietario. Sería una salida perfecta. Llevamos años proponiéndolo, pero no hay voluntad política.
Tenemos miles de empresas en Alcobendas, muchos colegios concertados… Es una ciudad rica, pero con graves problemas de movilidad. Podemos morir de éxito. Necesitamos lanzaderas para empleados desde estaciones de metro y Cercanías, pero el presupuesto está congelado.
El tráfico exterior también debe controlarse. Abogamos por cerrar la M-50 en su tramo pendiente. Es una infraestructura que el Gobierno de España no quiere terminar, aunque es competencia nacional. Madrid sí ha soterrado la A-5 con ayuda del Gobierno central, eso demuestra que se puede hacer si hay voluntad.
(P) ¿Qué opinión le merece la gestión de la alcaldesa Rocío García Alcántara?
(R) Sinceramente, los resultados no acompañan. Lleva 15 años en política y lo suyo son las fotos y la propaganda. Necesita un equipo de gestión potente y eficaz. La gestión actual no es buena: presupuestos mal ejecutados, licencias que tardan más de tres años, y mientras tanto se incrementa el gasto político.
«LOS RESULTADOS NO ACOMPAÑAN A LA ALCALDESA DE ALCOBENDAS»
(P) En zonas como La Moraleja, la seguridad es clave. ¿Qué propone Vox?
(R) Incrementar patrullas. La entidad de conservación de La Moraleja, una figura público-privada, recibe una subvención del Ayuntamiento, pero es insuficiente. Los vecinos tienen que asumir más gastos. Este año conseguimos que aumentaran algo la subvención, pero sigue sin ser suficiente. Hay que invertir más en seguridad, tanto pública como privada.

(P) ¿Están satisfechos con el nivel de servicios públicos en La Moraleja?
(R) No. A determinadas horas algunas calles tienen luz, otras no, y no se sabe si es por ahorro energético o por fallos técnicos. En invierno, en el centro, a las 7 de la tarde ya no hay luz. Es algo básico.
(P) ¿Cree que Isabel Díaz Ayuso atiende suficientemente al municipio?
(R) La Comunidad de Madrid actúa más según sus propios intereses que los de Alcobendas. Por ejemplo, cedemos suelo municipal para el Plan Vive, pero el precio del alquiler no es accesible para jóvenes. Además, el sorteo no da prioridad a los vecinos del municipio. Eso no puede ser. No se está construyendo nada en esta legislatura. Dicen que el suelo disponible es residencial, pero se puede adaptar para uso público.
Hay opciones como colaboración público-privada: 400 viviendas en la calle Benito Pérez Galdós, en alquiler durante 40 años, y luego el edificio revierte al municipio. Es un modelo que nos parece razonable, pero está olvidado. También defendemos la seguridad jurídica de los propietarios y la negación de ayudas a okupas o delincuentes reincidentes.
(P) Vox ha mostrado cercanía con figuras como Donald Trump, Javier Milei o Marine Le Pen. ¿Se sienten parte de esa ola política internacional?
(R) Nuestro presidente, Santiago Abascal, se interesa por lo que afecta a los españoles. Es verdad que compartimos preocupaciones con partidos como el de Giorgia Meloni o Javier Milei, porque defendemos la soberanía, la identidad y la libertad. En cuanto a Trump, Abascal ha dicho que lo que digan los medios subvencionados no representa lo que realmente defendemos. Trump, en su momento, fue buen presidente para Estados Unidos, pero si sus políticas perjudican a los ciudadanos españoles, nos opondremos.
«si las políitca de trump perjudican a los españoles, nos opondremos»
(P). Una portavoz nacional de Vox habló de deportar a ocho millones de extranjeros. ¿Comparte usted esa afirmación?
(R). Me remito a lo que ya han aclarado Rocío de Meer y Santiago Abascal: Vox no dice eso. No pedimos deportar masivamente a ocho millones de personas. Decimos que quienes vienen a delinquir o están en situación ilegal deben ser deportados. Pero quienes vienen a trabajar, a integrarse y a construir una sociedad común, da igual su raza o procedencia, son bienvenidos. Eso sí, no entendemos la inmigración ilegal masiva, porque crea problemas de seguridad y convivencia. También rechazamos aquellas costumbres importadas que denigran a la mujer. Hay que proteger nuestros valores y exigir integración, no aceptar imposiciones culturales incompatibles con la libertad o la igualdad.
(P) ¿Tiene Vox una agenda social real o, como dicen algunos, es solo una agenda identitaria?
(R) Vox tiene una agenda social muy clara. Apoyamos al sindicato Solidaridad, que defiende a los trabajadores sin depender de subvenciones. No es un sindicato ‘de Vox’, pero sí comparte nuestros valores: esfuerzo, meritocracia y justicia social.
En Alcobendas, por ejemplo, logramos 400.000 euros en ayudas sociales que el PP no había previsto. Lo hicimos con enmiendas a los presupuestos: conseguimos casi duplicar las ayudas a mayores con pensiones bajas, de 100.000 o 200.000 euros. Esto es agenda social.