El ayuntamiento de Alcobendas sigue apostando por la fotografía como una de las formas de arte clave que muestran a sus residentes y visitantes. El centro de arte del ayuntamiento, así como el centro cultural Anabel Segura, tienen espacios y exposiciones dedicadas a ello. No debería ser una sorpresa, por tanto, que también presente un espacio similar al aire libre y en el bulevar Salvador Allende, cerca del centro del municipio, siempre han tenido opciones interesantes.
En este caso se trata de la más reciente exposición de la fotógrafa chilena Magdalena Correa. «Explorando los límites del mundo» es una exposición marcada por la principal obsesión artística de su autora: las zonas habitadas más apartadas de la civilización, y cómo viven las personas que las han transformado en su hogar.
Nacida en Chile en 1968. Aunque reside desde hace años en España, su mirada sigue muy ligada a los territorios latinoamericanos. Se formó en artes visuales en su país natal y más tarde se especializó en fotografía en Barcelona. Su trabajo ha sido expuesto internacionalmente y es reconocido por su fuerte compromiso social y estético.
Según explica el ayuntamiento, Correa no hace fotografía al uso: cada uno de sus proyectos nace de una investigación profunda y de una inmersión personal en el territorio. Viaja a lugares aislados, difíciles, donde la vida parece ocurrir en los márgenes, tanto físicos como sociales. En las series presentes en esta exposición ( Níveo, Atacama, La Rinconada, Las Caras de la Tierra, Suiti, Wayuu y Austral), recorre desiertos, pueblos helados, ciudades mineras, comunidades indígenas o enclaves abandonados. Lo que une todos estos trabajos es su mirada atenta y sin prejuicios sobre cómo el ser humano habita lo inhóspito.
Sus imágenes son sobrias y poéticas. No hay espectáculo ni artificio: hay silencio, distancia justa y respeto. A través de su cámara, Magdalena documenta no sólo el paisaje, sino la huella humana que lo transforma y lo resiste. La vida cotidiana en condiciones extremas, la belleza en la precariedad, la dignidad en lo invisible.
EL TRABAJO DE MAGDALENA CORREA UN ACOMPAÑANTE INTERESANTE A LA MEMORIA DE GERVASIO SÁNCHEZ
Lo cierto es que sea intencional o casual, la exposición de Correa hace buena pareja con la exposición ‘Memoria y realidad’ de Gervasio Sánchez. Es que mientras una se acerca a las zonas más recónditas del mundo, la otra recoge el paso de su autor por varios conflictos armados a través de la historia reciente, y muestra algunos momentos de luz que ha conseguido entre los civiles afectados en sus viajes.
Memoria y realidad nos sumerge en la profundidad de su documentación fotográfica, un testimonio visual que trasciende la imagen y se convierte en un archivo de la memoria humana, al contemplar las fotografías de Gervasio Sánchez, la primera impresión podría ser la de observar los efectos de la guerra: destrucción, heridas, muerte, abandono, desplazamiento. Sin embargo, su obra trasciende la mera representación de la barbarie. Sus imágenes son mensajes construidos, en numerosas ocasiones en colaboración con los retratados, un diálogo entre el fotógrafo y sus sujetos, ambos conscientes de la importancia de mostrar la cruda realidad de las consecuencias de la guerra. Sus proyectos «Vidas minadas», «violencia contra mujeres», «visiones saharauis», y «mujeres de Afganistán» profundizan en la realidad del sufrimiento humano.
Son dos opciones para descubrir espacios del mundo del que normalmente no somos testigos. Lo cierto es que vale la pena apuntarse, por un lado, Magdalena Correa tendrá su trabajo en exposición hasta el mes de diciembre. En el caso de Gervasio Sánchez la exposición solo estará disponible hasta el mes de septiembre, por lo que los interesados deben revisar los horarios lo más rápido posible.
