En el Soto de La Moraleja los vecinos ya no pueden más, y han llegado al límite por culpa de los padres que recogen del colegio a sus hijos en coche y lo aparcan encima de las aceras donde pasean los vecinos. Concretamente, hablamos de una práctica que es ilegal, por lo que evitarla, sugeriría incluir unos bolardos, como lo que finalmente están haciendo en este distrito nombrado anteriormente del Norte de Madrid.
Sin ir más lejos, cuando hablamos de los bolardos nos referimos a los también conocidos postes, que son elementos de mobiliario urbano que se utilizan para delimitar áreas peatonales y proteger a los peatones del tráfico vehicular. Los bolardos se instalan en las aceras para evitar que los vehículos invadan el espacio peatonal y puedan causar accidentes, una medida que en El Soto de La Moraleja han decidido aplicar en las calles cerca de las escuelas.
No obstante, en 2009, en la Asamblea General Extraordinaria de la Entidad Conservación El Soto de La Moraleja, «se ha conseguido una partida de bolardos para instalar en diferentes aceras de la urbanización». Es decir, no estamos hablando de un tema novedoso, el problema es que, últimamente, la tendencia de aparcar encima de las aceras en la hora de recogida de colegios está acabando con la paciencia de los vecinos.

EL PROBLEMA DE LOS BOLARDOS EN EL SOTO DE LA MORALEJA
En este contexto, el Ayuntamiento de Alcobendas ha instalado en las últimas semanas una serie de bolardos en las aceras de Soto del Encinar, con el objetivo de evitar que los vehículos invadan el espacio peatonal durante la entrada y salida de colegio Highlands El Encinar. Aunque la medida pretende proteger a los niños y peatones, muchos padres de la zona aseguran haberse encontrado ‘atrapados’ al no poder aparcar frente al centro para recoger a sus hijos.
Sin ir más lejos, el área de Soto de la Moraleja, parte de la gran urbanización de lujo La Moraleja, acumula más de treinta colegios, lo que provoca atascaos intensos, y coches aparcados encima de la acera a diario. Las autoridades locales han empleado la colocación de bolardos, una estrategia usada en otras urbanizaciones madrileñas, para frenar esta situación y dar prioridad al paso peatonal.
Desde el 2020 una petición de los ciudadanos a la concejalía del distrito de urbanizaciones es una mejora general de la accesibilidad con colocación de bolardos altos en las aceras
Por ejemplo, en 2020, como bien señala un vecino de El Soto de La Moraleja a la propia Entidad de Conservación, «faltan un par de bolardos verdes en el cruce de la calle Hiedra con Jazmín que son fundamentales para garantizar que en el giro desde Jazmín a la calle Hiedra los coches no invadan parte del carril contrario (se han producido dos accidentes en el último mes y en el último se llevaron uno de los bolardos)».
No obstante, la decisión no ha tenido la mejor recepción entre los padres de los colegios, y denuncian esta imposición. Lo que más molesta a las familias es la imposibilidad de dejar los coches encima de la acera, y en consecuencia se generan largas filas en doble fila. Asimismo, también aparecen los retrasos considerables que complican aún más la logística tanto de las mañanas como de las tardes para ir a buscar a sus hijos a los colegios de la urbanización del norte de Madrid.
Si bien, la instalación de los bolardos ha logrado su primer objetivo, es decir, frenar el uso de aceras como sitio de aparcamiento. Pero, dicha situación ha abierto otro foco de debate entre el Ayuntamiento, los centros educativos, y los propios padres que reclaman una colaboración conjunta.Debe compatibilizarse la seguridad vial con la posibilidad por parte de los padres de aparcar los coches para recoger a sus hijos.