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Tres experiencias gastronómicas diferentes en La Moraleja y alrededores

Cuando se piensa en destinos de la Comunidad de Madrid para una escapada o experiencia gastronómica raramente Alcobendas figura en el radar de los viajeros y si lo hace siempre pensamos en los clásicos de la icónica Plaza de la privilegiada urbanización. Pero hoy queremos hablar de tres alternativas más alejadas de los más clásico de La Moraleja y su entorno.

Lejos de la masificación turística que inunda al urbe de Madrid, La Moraleja y su entorno para muchos es sinónimo de sedes corporativas y lujosas urbanizaciones. Sin embargo, esta zona de la ciudad de Alcobendas esconde un secreto bien guardado: una vibrante escena gastronómica que merece una visita. Para ello, hemos elegido tres de los restaurantes más visitados por los habitantes del Distrito Urbanizaciones y su entorno. Menos conocidas, pero sin bajar el nivel.

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EL BARRIL DE LA MORALEJA

En Estafeta, 4, se alza El Barril de la Moraleja, un auténtico templo para los amantes del buen producto marino. Este establecimiento, perteneciente al Grupo Oter, redefine el concepto de marisquería tradicional. Con su propia lonja de pescado, una animada barra de tapeo, un elegante restaurante, una cuidada cava de vinos y una magnífica terraza de verano, ofrece una experiencia integral.

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Barra de El Barril de La Moraleja (Fuente: El Barril de La Moraleja)

Desde las Rías Baixas hasta Huelva, pasando por el Mediterráneo, el producto fresco es la estrella. La carta se adapta a la temporada, desfilando por sus mesas exquisito bonito, langostinos cocidos o a la plancha, ostras planas, gambas rojas, coquinas, almejas, mejillones, navajas, el imponente centollo de O’Grove o los apreciados carabineros de Isla Cristina. Mención aparte merecen el pulpo a la gallega con cachelos, los chanquetes fritos con huevos camperos, el cazón en adobo, los boquerones y la innovadora lubina de pincho en adobo de lima con cebolla roja encurtida y cilantro. Para acompañar, una carta de vinos donde predominan los cavas, espumosos, albariños y ribeiros, culminando con una exclusiva cava de puros.

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DE CHÁCHARA

Para un ambiente más relajado, cruzando al otro lado de la A-1, y una propuesta que se aleja de las grandes marisquerías y parrillas, De Cháchara (paseo de Valdelasfuentes, 12) es la opción ideal. Este local apuesta por la cocina tradicional y el producto local, pero con un toque personal y divertido. Su interiorismo es un reflejo de su espíritu «molón», con una barra colorida que integra elementos inesperados como una antigua báscula, plantas y palés de madera reconvertidos en botelleros. Mesas altas invitan a comidas, cenas, aperitivos o copas, mientras que un salón con ventanales ofrece un servicio más tranquilo, siempre envuelto en una atmósfera familiar que invita a sentirse como en casa.

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Restaurante De Cháchara (Fuente: De Cháchara)

Entre sus imprescindibles, destacan el refrescante ceviche de corvina de coco, unas croquetas cremosas, unas bravas con carácter, los singulares raviolis rellenos de morcilla con confitura, los dados de solomillo de ternera al romero con bearnesa y la curiosa «orejita de elefante», su particular versión del cachopo asturiano.

NEW YORKK BURGER

A veces, la mejor y más práctica experiencia gastronómica se esconde en un centro comercial, y en La Moraleja, ese lugar es Moraleja Green. Allí, en la Avenida de Europa 10, se encuentra New York Burger, un restaurante que fue reconocido en los Restaurant & Bar Design Awards de 2019 como uno de los más bellos del mundo. El éxito de este establecimiento radica en la calidad de su materia prima y en un estilo de cocción puramente americano: a baja temperatura y con humo durante 14 horas. Esta técnica, que emplea un horno importado de Texas, asegura que la carne conserve todas sus propiedades, potencie su textura, sea increíblemente tierna y adquiera ese inconfundible sabor ahumado.

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Moraleja Green (Fuente: Moraleja Green)

Así se preparan el jugoso brisket, las costillas de cerdo que se deshacen en la boca, el pulled pork, las alitas y la pechuga de pollo. Pero la verdadera joya son sus hamburguesas: lejos de ser fast food o cocinarse a la plancha, son el resultado de la cocción con carbón y leña, logrando una caramelización exterior perfecta y un interior jugoso y delicioso.

Alcobendas demuestra así ser mucho más que un centro de negocios, revelándose como un destino culinario inesperado que invita a descubrir sabores y experiencias inolvidables.

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