El movimiento de locales que abren y cierran es el pan de cada día. Ahora le ha llegado el turno a una de las cafeterías más antiguas de la Plaza de La Moraleja, Embassy. Una triste noticia que sacude al mundo de la gastronomía, y a los ciudadanos madrileños que llevaban un total de 93 años disfrutando de un gran repertorio de dulces y pasteles históricos.
En este sentido, el problema que lleva a Embassy a verse en la obligación de cerrar todas sus tiendas en Madrid (eso sí, no dejan la puerta cerrada completamente, hablan de un adiós temporal) es la falta de liquidez. Uno de los datos curioso es que ya a día 3 de junio, si los clientes buscan la pastelería en su página web sigue estando registrada, pero salta un mensaje de, «Mantenimiento Web. Esta web se encuentra temporalmente fuera de servicio. Lamentamos las molestias».
«Sigue siendo impresionante su tarta de hojaldre, frambuesas y nata y sus pasteles borrachos (en sus dos variantes). Espero que estén muchos años en este nuevo local para poder seguir disfrutando de sus productos»; «Después de tantos años para mí lo mejor es su tarta de fresas y nata (impresionante), los pastelitos de limón, la tarta Perigord y los pasteles borrachos (en sus dos variantes distintas). Cualquiera de estos productos es un éxito asegurado», son algunos de los comentarios que durante este tiempo han ido dejando los clientes.

LOS PROBLEMAS DE EMBASSY LLEGARON HACE TIEMPO
En este contexto, ya en 2020 llegaron algunos rumores de los problemas económicos que llevaba acumulandol la clásica pastelería madrileña. Hace cinco años quisieron cambiar el modelo de negocio antes de tener que cerrar todos los locales que tenían repartidos por la capital española, Madrid. Asimismo, en marzo de este mismo año, antes de bajar la persiana de sus locales, buscaron renegociar sus deudas.
No obstante, con seis locales repartidos por la capital, y los municipios tanto de Aravaca como de Alcobendas, Embassy no ha podido hacer frente a sus problemas de liquidez ni solvencia, y se han visto en la obligación de echar el cierre de todos sus establecimientos. Unos cierres inesperados, y que han dejado a los clientes con un gran vacío en el corazón, como bien señalan algunos a LaMoraleja.com.
LOS PROBLEMAS DE LIQUIDEZ AHOGAN A EMBASSY HASTA EL PUNTO DE CERRAR TODOS SUS LOCALES EN MADRID
Sin ir más lejos, la compañía no ha logrado alcanzar los niveles de facturación previos a la pandemia, aunque los clientes seguían acudiendo a sus locales y consumiendo sus dulces favoritos, pero pese al gasto de los clientes los ingresos no han sido suficientes para conseguir mantener los locales de Embassy abiertos. Una situación que ha sido como un golpe para proveedores y colaboradores de la compañía.
Asimismo, dos factores que también han complicado la viabilidad de Embassy en La Plaza de La Moraleja, han sido el aumento de los costes de las materias primas, y el aumento de costes laborales. Dos factores que han hecho mella en la liquidez de la clásica cafetería madrileña con 93 años detrás de historia en la capital española.
Un clásico de Madrid
Embassy fue una de las pastelerías más emblemáticas de Madrid, fundada en 1931 por Margarita Kearney Taylor, una aristócrata irlandesa afincada en España. Situada originalmente en el número 12 del Paseo de la Castellana, su establecimiento original combinaba salón de té, pastelería, bombonería y restaurante, con una estética elegante y un ambiente refinado que rápidamente atrajo a la alta sociedad madrileña.
Embassy no solo fue célebre por su repostería artesanal de inspiración europea, sino también por su papel discreto pero crucial durante la Segunda Guerra Mundial. Se convirtió en un punto de encuentro de diplomáticos y refugiados, y su fundadora, junto con empleados del local, ayudó a salvar a centenares de judíos que huían del nazismo, proporcionándoles documentos y recursos a través de redes humanitarias. Este capítulo heroico de su historia quedó durante décadas en un segundo plano, hasta que fue reconocido públicamente.
Entre sus recetas más míticas destacaban las empanadillas, los sándwiches de pan inglés, el pastel ruso, el milhojas y su célebre tarta de chocolate, todos elaborados con ingredientes de primera calidad y una meticulosa técnica que se mantuvo inalterable durante décadas. Su té de la tarde era una tradición para generaciones de madrileños y visitantes ilustres.
A lo largo del tiempo, Embassy abrió nuevas sucursales en Madrid, manteniendo su estilo clásico y atención al detalle. Sin embargo, el establecimiento original cerró sus puertas en 2017, víctima de los cambios en el consumo, el encarecimiento del alquiler y el declive del comercio tradicional.
A pesar de su cierre, Embassy permanece en la memoria colectiva de la ciudad como un símbolo de elegancia, tradición y humanidad, y como uno de los grandes referentes de la historia gastronómica y social del Madrid del siglo XX.
SITUACIÓN DIFÍCIL
Desde 2017 la compañía se encuentra en un proceso de situación concursal, hasta la fecha de 2025 que se han extinguido. En la última auditoría hemos encontrado cifras muy relevantes a la mala situación actual que han ido arrastrando durante años. El resultado del último ejercicio fiscal al que hemos tenido acceso dejaba a Embassy en una situación muy peculiar, es decir, en números rojos, con unas pérdidas de 1,03 millones de euros.
Embassy lleva sin tener un ejercicio fiscal con beneficios desde 2014, que han ido lastrando cifras negativas, es decir, continuas pérdidas que complican a día de hoy el poder restablecer la panadería. Por otro lado, otro de los grandes gastos que también se ha movido en cifras negativas han sido en la partida de gastos de personal, con unas pérdidas de -2.411.802 euros.

Asimismo, por si con las pérdidas no tenían poco, en 2021, el Ayuntamiento de Mejorada del Campo les embargo a Embassy por una deuda de 1.561,58 euros que le debían, hablamos de una Deuda Tributaria. Un problema más que se le sumó a la pastelería artesana tras el intento de cambiar de estrategia en su negocio el año anterior, es decir, en 2020.