El exceso de tráfico, la tala de árboles y las nuevas urbanizaciones dentro del distrito son según el sentir mayoritario de los vecinos de La Moraleja las mayores trabas para continuar con el conocido estilo de vida de la prestigiosa urbanización. Un ‘lifestyle’ basado en tres pilares básicos: Tranquilidad, naturaleza y exclusividad. Algo que es básicamente consiste en mantener el entorno la forma de vida que rodeada de naturaleza en un espacio privilegiado, con menos coches y sin saturar de nuevas viviendas. Algo que para los vecinos no se está cumpliendo.
Hay que recordar que La Moraleja es una urbanización privada, pero realmente regentada por el Ayuntamiento de Alcobendas. Por este motivo, se comparten tareas como es la recogida de basuras, seguridad e incluso mantenimiento de pavimentos y alumbrado. Pagando parte de esos servicios los propios vecinos de la urbanización, además de los correspondientes impuestos que cada vivienda también paga al consistorio de Alcobendas. En referencia a esto, muchos de los residentes se quejan de lo «poco» que se ayuda desde el consistorio de la localidad al mantenimiento del asfaltado, que gran parte es sufragado por los residentes en la urbanización.
todo esto remarca la peculiaridad de la urbanización, que funciona de forma privada, pero que verdaderamente es una urbanización que está abierta por todos los lados y que es totalmente permeable. Allí entra y sale cualquiera, incluso a gente que va a pasear, algo que a los vecinos les parece bien. Una permeabilidad por la que hasta hace unos días recibían poco más de 300.000 euros, un dinero bastante bajo para cantidad de superficie y servicios que cubren solo los propios vecinos. Estas últimas semanas la Entidad de Conservación de la Moraleja firmó un convenio por 341.143 euros con el citado consistorio de Alcobendas con una subida de unos 40.000 euros en relación a otros ejercicios anteriores.

GRAN CANTIDAD DE COLEGIOS
El tráfico de la zona es uno de los grandes problemas, esto en gran medida, viene dado por el exceso de colegios, en La Moraleja hay 32 colegios. Algo que dispara el tráfico de coches y de autobuses de una forma tremenda. «Así de esta forma estamos manteniendo una urbanización que no es nuestra solo, sino que es de uso de todo el mundo», remarca uno de los residentes.
En referencia a este exceso, hay que explicar que las parcelas dotacionales, que obviamente hay muchísimas, están en gran parte dedicadas a colegios y ahora un nuevo uso que están dando, que son los senior living. Entonces todo eso trae un tráfico tremendo que ha degradado el entorno natural, el pavimento que pagan los vecinos en gran parte y la calidad de vida de la zona. Un problema para los vecinos.
Por otro lado, también la urbanización se ha convertido en una zona de paso. En un lugar en el que hay gente que ataja para coger otras carreteras a través de La Moraleja. «Hay calles como el Paseo de Alcobendas que tipo siete de la tarde están intransitables», comentan los residentes cercanos como ejemplo. Un problema que está en la conexión con la carretera de Burgos básicamente. Y por eso es mucho más cómodo ir a través del barrio de La Moraleja, que cada vez tiene los accesos y salidas más saturados.
Además, los colegios tienen la misma edificabilidad base que el resto de las parcelas, pero las parcelas dotacionales pueden subir esa edificabilidad si lo consideran necesario, algo que modifica la arquitectura de la zona a pasos agigantados y de forma injusta para el resto de vecinos al no contar los metros en altura. Estas obras, además de modificar el entorno, llegan a talar árboles en muchos casos centenarios y difíciles de sustituir.

LA SOLANA DE VALDEBEBAS Y LA CARRASCOSA
La Solana de Valdebebas, un lugar al que han cambiado el nombre por la Solana de La Moraleja, un nombre más comercial. Una tendencia para encarecer y vender los pisos que se hagan se vendan más rápidamente, aumentando también los problemas de movilidad. Por sus dificultades para salir hacia la Carretera de Burgos, con 4.500 coches atrapados a diario por esas pequeñas calles. Otro problema añadido, que se sumarán al Barrio de la Carrascosa cerca del Ayuntamiento.
Para alguno de los vecinos consultados, la solución pude ser un acceso a la radial y desde ahí hasta la M12. Una solución compleja, según señalan también los residentes debido a la cantidad de instituciones que deberían ponerse de acuerdo, con diferentes signos políticos.
Otro problema a la vista son las casas de La Carrascosa, que ahora se llaman los Jardines de la Moraleja buscando atraer más compradores con este nombre de nuevo. Allí, hay muchas familias jóvenes y esa parte de viviendas nuevas tienen una movilidad bastante complicada. Gente joven, con niños pequeños, atrapada en esas vías de las que cuesta salir por la falta de salidas hacia otras vías principales.
