Los vecinos de La Moraleja se plantan ante las soluciones de movilidad planteadas debido al posterior y previsible colapso circulatorio diario que sufrirán con la remodelación de los accesos de la A-1. En este sentido, han aprobado mantener intactas las plazas en su integridad, según aprobaron la semana pasada en la junta de la Entidad de Conservación.
Los accesos y vías de El Soto de La Moraleja no se prepararon en un inicio para el desarrollo, sino para convertirse en una zona residencial exclusiva. Para acceder a El Soto de La Moraleja se entra por la vía de la A-1, pero las obras generarán un incómodo ruido, así como el esperado aumento del tráfico, más cuando se está edificando 70 apartamentos en el senior living de Cando.
Asimismo, la remodelación busca descongestionar la zona, pero será una vía directa para las más de 1.300 viviendas de La Solana de Valdebebas o como se la conoce ya La Solana de la Moraleja, es decir, una mejora para albergar aún más tráfico. La medida no contenta a los vecinos, que verán casi la entrada de la autovía frente a sus viviendas.
Las soluciones para evitar los obstáculos a la movilidad pasan por una remodelación, un plan que el Ayuntamiento de Alcobendas quiere poner en marcha tras haber consensuado con todos los afectados, incluyendo a la Entidad de Conservación, que ha dejado claro en su última junta que se defiende el mantenimiento íntegro de la plaza.
En un inicio, el Ayuntamiento de Alcobendas no informó debidamente de esta modificación urbanística, más cuando los principales beneficiados son los nuevos vecinos de La Solana de La Moraleja, cuyos accesos aún dejan mucho que desear en las promociones que empezarán a construirse en enero de 2026 y que comienzan a comercializarse este mes de junio, según han señalado las fuentes del mercado a este medio.
LAS OBRAS, PAGADAS POR LA SOLANA DE VALDEBEBAS, PERO SUS VECINOS NO TENDRÁN RUIDOS NI TRÁFICO
A la junta, celebrada en la Esfera de La Moraleja, apenas acudieron vecinos de los 15.000 que están registrados, pero se dejó un mensaje claro para mantener la plaza íntegra. Cabe señalar, además, que La Solana de Valdebebas pertenece al Ayuntamiento de Madrid, no al Consistorio alcobendense, cuya voz en este asunto sí se ha escuchado en la capital, según fuentes municipales consultadas por este medio.
Asimismo, no solo están implicados los Ayuntamientos, sino también la Demarcación de Carreteras, dependiente del Ministerio de Transportes, que considera crucial remodelar esta plaza para mejorar los accesos. No obstante, los vecinos de El Soto de la Moraleja no ven solución alguna al considerar que los residentes en las casi 1.400 viviendas que se levantarán a menos de tres kilómetros de la zona y junto al pretende hacer en la Plaza del Soto.

El proyecto transformará completamente la zona, cambiando especialmente las primeras líneas de chalets de la calle de la Yuca, quienes sufrirán las temidas obras y el posterior aumento del tráfico en la zona. Para los vecinos, la entrada se convertirá en una «zona de paso» para quienes vengan desde La Solana de La Moraleja y quienes entren por la A1. Al ser una nueva vía y de entrada desde autovía, la velocidad en la zona aumentará de forma considerable, a pesar de los problemas que hubo en la calle Begonia, donde se instalaron radares fijos y badenes para concienciar a los residentes.
En este sentido, el principal temor de los residentes en la zona es que El Soto de La Moraleja perdería parte de su exclusividad, especialmente por la afluencia de vehículos, pero también por el ruido, depreciando los inmuebles.
Según indican fuentes municipales de Alcobendas, será la junta de compensación de La Solana de Valdebebas la encargada de financiar el proyecto, sin cargo a las arcas públicas, pero los vecinos señalan que serán los residentes en El Soto de La Moraleja quienes sufrirán tanto las obras y el tráfico, mientras que en La Solana de Valdebebas disfrutarán de sus calles y en silencio.
LOS VECINOS DE EL SOTO DE LA MORALEJA ALERTAN DE UNA POSIBLE BAJADA DE PRECIOS POR EL AUMENTO DEL TRÁFICO
Así las cosas, los vecinos consideran que esta zona «quedará deteriorada» con respecto a su actual imagen. Si la entrada baja, «el resto irá detrás», puntualizan. Para la plaza de El Soto de la Moraleja también está previsto la instalación de semáforos, pero los vecinos reniegan de su instalación.
En La Solana de Valdebebas, la situación y perspectiva cambia radicalmente. Se necesitan accesos a los servicios y los residentes allí instalados también quieren disfrutar de las ofertas de ocio, consumo y colegios de la zona dado que es una urbanización en desarrollo tardará en funcionar debidamente. Los accesos a las principales autovías y carreteras de circunvalación que rodean la zona son imprescindibles para los nuevos residentes que llegarán a partir de 2028.
La Solana puso su primera piedra hace solo cuatro meses, un proyecto no exento de polémica -como todos los grandes planes inmobiliarios que se precien- por los ruidos y un mayor volumen de tráfico, pero a cambio hay una exigencia por parte de la Administración para mejorar los accesos, equipamientos para evitar la saturación por el mayor número de habitantes y el transporte público.
La Solana pasó de ser un terreno agrícola hace 20 años, pero estaba a la espera de los nuevos cambios. Tras estar en barbecho, el Ayuntamiento de Madrid dio el visto bueno a la que hoy comienza a vislumbrar una de las urbanizaciones más exclusivas. Es el único terreno edificable y existente en la zona de La Moraleja y la inversión está en búsqueda de oportunidades de oro. De hecho, las fuentes de mercado consultadas apuntan que sería una buena inversión a medio plazo dado que no podrá construirse nada en décadas. «Queda muy poco suelo disponible y se encarecerán aún más los precios dado el volumen de la demanda y la atracción de Madrid al talento», puntualizan.